Guía de crianza del siglo XXI: Redefiniendo el rol paterno
Hace poco vi un video de Bill Maher titulado “Traigan a los padres tradicionales de vuelta”. En general me gusta seguir a este humorista porque toca temas contemporáneos con humor y sarcasmo, y al mismo tiempo puede dar un punto interesante sobre los mismos.
Para quienes tengan hijos pequeños, no es ningún secreto que el discurso oficial cambió muchísimo desde las generaciones anteriores. El rol paterno era originalmente uno donde el padre encarnaba la ley y la autoridad. La puesta de límites y la vara de lo que se esperaba de ellos provenían de él. Bien llevado, ese rol fomentaba que los hijos se vuelvan competentes y capaces. Lamentablemente, también es cierto que eso combinado con los vicios del machismo terminó generando resultados desagradables. Padres tiranos y distantes emocionalmente no eran difíciles de encontrar, así que, para resolver esto, se fueron construyendo discursos donde la protección y respeto hacia los hijos era el pilar fundamental.
Y dicho de esa manera, es difícil discutirlo, son excelentes valores de crianza. El problema es que, llevados a un extremo, llevan a una sociedad de hijos huérfanos, ya no por tener padres ausentes emocionalmente, sino padres que no funcionan como tales, porque quieren ser amigos de sus hijos.
Y para hablar de esto, no se me ocurre nada mejor que hacerlo a través de un capítulo de la serie infantil Bluey, más precisamente el de Tienda de Hamburguesas.
Bandit Heeler, un buen modelo de padre del siglo XXI
Nuevamente, a quienes tengan hijos pequeños no les resultará desconocido este personaje. Se trata del padre de una perrita azul llamada Bluey, cuyo programa cautivó a familias enteras en todo el planeta.
Es una serie que logra mostrar un nuevo modelo de familia, haciendo brillar lo positivo sin ocultar lo negativo. Es un modelo de familia creíble, y eso es lo que es tan cautivador para los papás y las mamás. Podemos vernos reflejados en Bandit y Chilli (la mamá de Bluey).
Bandit es un papá moderno en muchos sentidos, pero lo mejor de todo, es un papá equilibrado. Se la pasa jugando con sus hijas juegos creativos, busca darles lecciones para la vida, y es muy cariñoso con ellas. Pero siempre le cuesta encontrar el límite entre su rol afectivo con su rol como figura de autoridad.
En este capítulo intenta probar algo nuevo y muy común en los libros de crianza: tratar a las niñas como si fueran adultas responsables, y pedirles que tomen una buena decisión por sí mismas, en vez de ser él quien, como figura de autoridad, les diga que hacer.
Los resultados del experimento: básicamente se pasa todo el capítulo jugando con Bluey y su hermana Bingo a la tienda de hamburguesas (contrario a su plan de que eligieran libremente salir de la bañadera), hasta que empiezan a congelarse, y la madre los reta por demorar la rutina nocturna. En múltiples ocasiones les vuelve a preguntar si iban a salir de la bañadera, pero la respuesta terminaba siendo alguna forma de continuar el juego y no salir.
Mi parte favorita es cuando Bandit grita: “¡Renuncio! ¡Saldrán de la bañadera!”. Ese es el punto donde reconoce que esa forma de crianza no estaba funcionando.
El gran malentendido contemporáneo
Lo que noto en los modelos de crianza nuevos es que, en un intento de compensar la distancia emocional que tenían los papás con sus hijos, llevaron la cosa al otro extremo y pusieron como meta fundamental no frustrarlos y darles el poder de la situación.
Bandit ya de por sí es un papá muy amoroso y presente. Pero en este capítulo lo que hace es directamente darles el poder a sus hijas. Un poder de decisión para el que no están listas. La función de los padres es preparar a los hijos e hijas para valerse por sí mismos/as en el mundo real. Convertirlos en adultos, básicamente. Y ese rol existe porque los niños son inmaduros y no tienen la capacidad de tomar buenas decisiones. Se dejan llevar por sus impulsos primarios. Necesitan una figura de autoridad que los guíe y les marque límites. Esa figura debería proveerla el sistema parental (padres y madres).
Funciones materna y paterna
Ya el psicoanálisis desde sus inicios hizo una distinción entre la función materna y paterna. La función materna es dar afecto y protección a los hijos. Es buscar una conexión con el bebé desde que nace y nutrirlo, tanto física como emocionalmente. Y la función paterna es la de encarnar la ley (las reglas, la autoridad), y también de fomentar la independencia de los hijos. Que se valgan por sí mismos fuera de ese vínculo protector, y que puedan adaptarse a las reglas de la sociedad y la cultura.
Bien llevadas, ambas funciones pueden dar lugar a que un menor se convierta en adulto sano y socialmente adaptado. Pero si falta alguna de las dos, genera graves consecuencias. La falta de amor y cuidados puede terminar en daños o incluso la muerte de un hijo/a. Pero la falta de una figura de autoridad clara y que fomente la independencia de ese vínculo de afecto primario puede generar hijos frágiles y caprichosos, incapaces de lidiar con el mundo real fuera de la burbuja de sobre-protección familiar. Es más, de ahí mismo surgen problemáticas graves, como el síndrome de peter pan, o el síndrome del emperador.
El experimento de Bandit
Volviendo al capítulo de Bluey, Bandit prueba cuán maduras son sus hijas al darles la oportunidad de elegir por sí mismas, corriéndose del lugar de autoridad. Ellas una y otra vez eligen seguir jugando en la bañadera, a pesar de que se estaban muriendo de frío.
Curiosamente, es la madre la que ejerce la función paterna en este capítulo. Cuando ella irrumpe en el baño, exige que las niñas salgan de la bañadera para poder ir a dormir. Bandit argumenta con su esposa que quería enseñarles a tomar sus propias decisiones, y Chilli le recuerda que solo tienen 7 y 4 años de edad. La sabia Chilli establece lo fundamental: son inmaduras para decidir por sí mismas, necesitan un marco de reglas puestos por fuera de ellas para poder crecer sanamente.
La escena final del capítulo muestra a Bandit llevando a dormir a sus hijas, y en un rincón se puede ver el libro de crianza en un tacho de basura. Un detalle genial de los creadores de la serie.
El precio de la falta de límites
Bandit aprendió una valiosa lección. Los niños no saben cómo tomar sus propias decisiones adecuadamente, y si se les da la oportunidad en general solo eligen lo que les llama más la atención, aunque les perjudique. De hecho es un tema recurrente en la serie, hay otros capítulos que lo muestran: Tina, Mostrar y contar, Nací ayer.
La serie en general representa a un padre y a una madre que les enseñan a sus hijas el valor de respetar su autoridad, y a confiar en que sus padres lo hacen lo mejor para guiarlas en la vida. La serie Bluey es la mejor serie de los últimos tiempos para tener una representación benévola, realista y viable de crianza, con todos los avatares de las familias de hoy, pero sin perder el eje de los valores y reglas que hacen que una familia se pueda desarrollar sanamente. Una joyita en tiempos de discursos extremistas, la verdad.
Hoy por hoy se magnifica el respeto de los deseos y decisiones de los hijos como una forma de validación y amor, pero no conviene olvidar que esos niños depende de sus padres y madres para desarrollarse, y para eso necesitan un marco de reglas a las cuales ajustarse y buenos modelos a quienes copiar. Solo de esa manera pueden enfrentarse con su frustración, desarrollar sus recursos, aprender a valerse por sí mismos y eventualmente madurar para ser autónomos. De lo contrario, el capricho (impulso emocional del momento, carente de autocontrol ni raciocinio) termina siendo el único recurso para manejar la frustración.
Honestamente, no hay nada mas triste que ver a una persona con edad adulta comportarse como un niño caprichoso.
Obviamente, esto es solo uno de muchos temas que competen a la crianza, así que no se preocupen. Iré abordando esto desde diferentes ángulos a lo largo de una serie de artículos. La guía de crianza del siglo XXI recién comienza, y cuento con sus comentarios para seguir desarrollándola.
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Que buen artículo! Muchas gracias por hablar de la crianza moderna.
Muy buen articulo Donato! Hay varios pasajes en los que veo situaciones que se dan a menudo en la familia de mi hija:Bar-Mart-Camila ( y proximísima entrega de …Olivia!!)
Bluey ya es parte de sus vidas, ha dezplazado a Pepa Pig y compite con Frozen cabeza a cabeza.
De todas maneras, acepto que soy observador de esas situaciones (y lector del artículo)de 65 años, que carga con grandes aciertos y errores como padre, por lo tanto, algo subjetivo.
Se lo pasaré a mi hija y yerno, seguramente les interesará????
Muy bueno!!
Que importante me parece tener en cuenta las consecuencias de este “mal entendido contemporáneo” y que necesario es tu planteo para los padres y madres de hoy! Lo explicas con mucha claridad! Gracias por estas reflexiones!
Adhiero a lo que dice el artículo.
En la vida siempre nos movemos como un péndulo, cómo sociedad y los extremos nunca son buenos.
Tomás logra un muy buen balance entre la educación de antes y la de ahora.https://tomasdonato.com.ar/guia-de-crianza-del-siglo-xxi-redefiniendo-el-rol-paterno/
Da para reflexionar.