Cuando la ansiedad toma el control

Tomas Donato/ julio 12, 2024/ Te lo explico con pelis, Te lo explico con.../ 0 comentarios

Hace poco tuve la oportunidad de ver Intensamente 2, la segunda parte de una historia que muestra cómo es el mundo interno intrapsíquico de una niña conforme va creciendo.

Mientras la primera es una oda a la tristeza, esta segunda parte muestra lo que pasa cuando la ansiedad se apodera de una persona.

Dado que los trastornos de ansiedad son uno de los problemas de salud mental más frecuentes (me atrevo a decir que se han convertido en una  pandemia), es una oportunidad excelente de explicarlos.

Sin mas demora, vamos a analizar a fondo este tema, así que sepan que vienen spoilers de Intensamente 2.

Riley cumplió 13 años, ¿qué podría pasar?

La película arranca donde la deja la anterior. La protagonista es la niña Riley, y acababa de cumplir 13 años. El mundo interior de ella, hasta el momento dirigido por 5 emociones: Alegría, Tristeza, Miedo, Enojo y Asco, de golpe estaba por vivir un sacudón. De repente unos obreros de la mente destrozan su hogar, el centro de control, y nuevas emociones hacen su aparición: Apatía, Vergüenza, Envidia y Ansiedad.

Pero de todas, Ansiedad es la más dominante y central en la película. Desde el inicio, ansiedad quiso dejar en claro que Riley necesitaba cambiar mucho para tener éxito en la vida. Las emociones originarias estaban contentas con cómo era Riley hasta el momento. De hecho, Alegría (la emoción dominante en Riley desde que nació), se había encargado de esculpir la personalidad de Riley a partir de las experiencias y memorias más positivas. A las negativas las había enviado a la parte más oculta de su mente, desterradas y reprimidas. 

La personalidad de Riley se formaba alrededor de los recuerdos que anidaban en su interior y daban lugar a creencias sobre sí misma, los cuales se sintetizaban en una creencia central. En ese momento, la creencia central de Riley era: “Soy una buena persona”.

A la vez que todo esto ocurría en su mente, Riley estaba viviendo un gran cambio en su vida. Se había enterado que sus dos mejores amigas iban a cambiarse de colegio, y era su último fin de semana juntas en un campamento de hockey. También era un lugar donde podía probarse para entrar en un equipo de hockey de alto nivel para chicas adolescentes, las Fire Hawks

Ahí fue cuando empezó el conflicto entre la emoción protagonista y la emoción antagonista. Mientras Alegría intentaba preservar el pasado (seguir siendo una niña y jugar con sus amigas), Ansiedad buscaba asegurar su futuro: conseguir nuevas amigas y un lugar en el equipo.

Ansiedad se definía como la versión mejorada del miedo: una experta en identificar amenazas no solo en el presente, sino en el futuro. También se enorgullecía en armar planes de muchos pasos con vistas para adelante. De hecho, no demoró en ver a las emociones originarias como un obstáculo para sus planes, y no dudó en desterrarlas del centro de comando. Además de eso, Ansiedad envió la personalidad de Riley donde estaban las memorias reprimidas. Para ansiedad, Riley necesitaba una personalidad nueva si quería tener éxito en la secundaria.

Cuando el “deber ser” hackea el sentido de ser

El nudo de la película se centra en cómo estas emociones buscan escapar y salvar la personalidad de Riley, mientras Ansiedad toma el control y va creando una personalidad nueva, enfocada en garantizar el futuro de ella en la secundaria: tener amigas nuevas, entrar en el equipo, ser estimada por los demás.

Ansiedad quería que Riley tuviera éxito, y no iba a dejar ninguna variable al azar. 

Pero conforme iba haciendo que Riley siguiera sus planes, aparecían más obstáculos y amenazas en el camino: quedar mal con las chicas mayores, no estar a la altura de las expectativas de la entrenadora, fallar en las pruebas del equipo. Con cada paso, Ansiedad se alarmaba más, y ponía más presión sobre Riley.

Llegó un punto donde Ansiedad forzó a la imaginación de Riley a pensar solamente en escenarios negativos para poder anticiparlos y prevenirlos. Es increíble cómo la imaginación de Riley, otrora un lugar de creatividad y boberías, se había convertido en un mundo opresivo y oscuro, donde sus pobladores ocupaban cubículos y dibujaban escenas temidas sin cesar, bajo la mirada dominante de Ansiedad en una pantalla gigante. Atormentada por esa sobrecarga de temores y peligros, Riley empezó a sufrir de insomnio, uno de los síntomas característico de los trastornos de ansiedad.

Ansiedad deseaba que la nueva personalidad de Riley le ayudara a estar a la altura de todos los peligros que pudiera enfrentar, pero solo lo que terminó logrando es que ella dudara de sí misma. Cuando la nueva personalidad de Riley se formó, la creencia central fue: “No soy suficientemente buena”.

Ansiedad había creado un sentido de deber ser tan poderoso y distante del ser de Riley, que ella empezó a creer que nada de lo que hiciera iba a bastar. 

La ansiedad fuera de control

Eventualmente la historia llega a su clímax. 

Las emociones originales habían logrado rescatar la personalidad positiva de Riley, pero se vieron obligadas a destruir las barreras que impedían que los recuerdos reprimidos formaran parte de su personalidad.

En el mundo exterior, Riley estaba bajo una enorme presión de meter 3 goles en el partido decisivo para ver si entraba en el equipo. Ella se mostró muy agresiva, evitó trabajar en equipo para demostrar sus habilidades, e incluso lastimó accidentalmente a una de sus amigas haciéndolo. La nueva creencia central repiqueteaba en su mente: “no soy suficientemente buena”.

Intentar evitar el fracaso terminó siendo una profecía autocumplida. La entrenadora la penalizó y la mandó al banco por 2 minutos, y en ese momento sintió que todos sus planes se derrumbaban. Había fracasado en ser leal a sus amigas, en destacarse en el partido, su fachada de chica segura y madura caía y dejaba ver a todas luces sus inseguridades e incoherencias. Y peor aún, el seguirse presionando (mecanismo de control promovido por Ansiedad), más que ayudarle a mejorar la situación, solo la desbordaba. Llegó al punto donde la presión fue tal que se desencadenó en ella un ataque de pánico.

En su interior, Ansiedad se estaba convirtiendo en un torbellino. Intentaba controlarlo todo, pero mientras más lo hacía, más abrumada y paralizada estaba Riley. Ansiedad había perdido el control, y eso le aterraba.

La epifanía de Alegría

Alegría entró en el torbellino e intentó usar la consola, pero estaba totalmente dominada por Ansiedad. Ahí se dio cuenta que debía hablar con ella, en vez de luchar contra ella: le suplicó a Ansiedad que dejara la consola, que soltara a Riley. Ambas querían lo mejor para Riley, y Ansiedad era consciente que estaba empeorando todo, así que en un acto de fe le hizo caso a Alegría, dejando la consola y frenando el torbellino. Todas las emociones juntas inmediatamente quitaron la personalidad ansiosa y la reemplazaron por la personalidad feliz, pero nada mejoraba. Parecía que Riley iba a explotar.

Fue justamente en ese momento de descontrol, caos y sufrimiento, cuando Alegría se dio cuenta de qué estaban haciendo mal. Tanto ella como Ansiedad habían intentado definir la identidad y la personalidad de Riley. Alegría hizo una personalidad feliz, y Ansiedad hizo una personalidad extremadamente autoexigente. Pero ninguna era la Riley completa. 

Alegría, quien creía que restaurando la personalidad feliz de Riley se iban a arreglar los problemas, comprendió que solo los empeoraban.

Así es como todas las emociones eliminaron las personalidades parciales, y dejaron que naciera una personalidad compleja, a partir de todas las memorias, agradables, desagradables, buenas, malas. Todo lo que era Riley empezó a unirse. Y las emociones abrazaron esa nueva personalidad.

Ese momento crítico y hermoso es cuando Riley finalmente pudo calmarse, y darse cuenta que era mucho más de lo que creía. Finalmente, Riley convocó a Alegría, porque ella era la emoción que necesitaba en ese momento, la que había permitido que todo su ser pudiera unirse y dar lugar a su nueva y completa personalidad.

Crecer es difícil

Esta película logra retratar algunas ideas centrales que tengo muy presentes cuando atiendo a mis pacientes. 

En la vida, conforme vamos creciendo, tenemos experiencias muy variadas, y vamos desarrollando nuestra personalidad de diferentes formas. Y es muy  común que hayan partes internas que entren en conflicto unas con otras.

En la película, Ansiedad tomó el control y quiso definir quien era Riley para poder garantizarle un futuro bueno y seguro. Las personas que sufren de ansiedad operan con la misma premisa. Identificar amenazas, y prevenirlas. Pero fuera de control, esto se vuelve desesperante y abrumador. En la vida, es muy poco lo que uno puede controlar, así que se vuelve una misión imposible que lleva a la frustración garantizada. Y además, el estar pendiente de los peligros nos evita experimentar la vida de manera plena. Un ejemplo de eso: en su niñez, Riley disfrutaba el hockey, pero durante la historia de la película su ansiedad le había robado ese placer, que paradójicamente lo que había hecho que quisiera jugar hockey en primer lugar. En otras palabras, había perdido de vista por qué el hockey era importante para ella.

Durante la pandemia, todos estuvimos en esa sintonía: renunciar a vivir para sobrevivir. La ansiedad estuvo mucho mas presente en nuestras vidas. Para las personas que sufren trastornos de ansiedad, es así todos los días. Exigirse muchísimo para evitar las catástrofes que imaginan a diario.

Una persona que sufre de ataques de pánico literalmente convierte en síntoma esa imposibilidad de control. Es muy frecuente que identifiquen síntomas físicos (aumento de frecuencia cardíaca, sudoración, temblores, etc), y al no poder controlarlos entren en pánico, lo cual a su vez hacen más intensos esos síntomas. Eso lleva a la idea y vivencia de que uno va a morir. Es así cómo construye la vivencia de catástrofe, la cual, si bien no suele dejar marcas físicas, sí deja marcas emocionales que pueden atrapar a esa persona en un circuito de evitación, control y reincidencia: buscan evitar volver a sufrir ataques de pánico, están hiperalertas a cualquier indicio físico de ello, encuentran síntomas físicos que por lo general son normales, pero igualmente les asustan, y desencadenan otro ataque de pánico.

Afortunadamente para Riley, ella logró superar su ataque de pánico, evitando que se instale en ella el circuito disfuncional típico de los trastornos de ansiedad. ¿Cómo lo hizo? La respuesta a esa pregunta me lleva a otra idea central que presenta la película y que va más allá del tema de ansiedad. La idea de integración.

Madurar es tender a la integración

Cuando las emociones dejan que Riley desarrolle su personalidad compleja, combinando todas las partes de su ser, también ellas mismas abrazan esa personalidad. Todas dejan de intentar controlarla y guiarla. Solo confían en ella, la abrazan, la dejan ser.

Por más que por momentos tengamos aspectos de nuestra personalidad que sean más dominantes, la verdadera sabiduría surge cuando se integran las diferentes partes que nos conforman. Alegría y Ansiedad pudieron dejar de lado su conflicto para ayudar a Riley. Esa lucha por el poder cesó para que Riley pudiera integrarse, y eso le permitió superar su crisis, madurando en el proceso.

Integrar la personalidad es como armar un rompecabezas que va creciendo progresivamente, y encontrarle su lugar a cada pieza. Si uno empieza a dejar piezas de lado, es ahí cuando se da la fragmentación.

Para poder integrarse, lo fundamental es poder aceptar lo que uno es, y cada faceta de ese ser que uno es. Y esto no es tan sencillo de hacer. Uno debe atravesar el torbellino, el caos interior, escuchar a cada aspecto de la propia personalidad, identificarlo, ubicarlo en su función e intención, para poder integrarlo de manera correcta en la personalidad.

Al integrarse, pudo reconectarse con la realidad, dejando de lado la torbellino de ideas, exigencias y escenas temidas que la atormentaban. También pudo dejar de intentar controlar la situación, controlar quien es, y aceptarse con sus errores y fallas, lo cual la llevó a disculparse con sus amigas. De hecho, el amor y perdón de sus amigas también facilitó este proceso, dado que ellas también la aceptaban y querían como era, ayudando a sanar las heridas de todo lo vivido.

Y vale destacar que las creencias que tenemos no definen quienes somos. Incluso a veces interfieren con ese proceso, porque pueden ser sesgadas, erradas o desactualizadas. 

Para dejar de vivir con ansiedad, hay que dejar de intentar controlar lo que no se puede controlar, y aprender a confiar, sobre todo, en uno mismo. Esa confianza se nutre de la autoaceptación, y la aceptación del mundo que se presenta, el cual no se ajusta a las expectativas de nadie. Uno debe aceptar todo lo que uno es, reconocer sus virtudes, sus defectos, su historia, y creer que uno puede, siendo como es, armar una vida digna de ser vivida.

Integrarse es cosa de todos los días

La película retrata uno de los momentos mas vulnerables y caóticos que pasan las personas en su proceso de desarrollo: la adolescencia. Pero es importante destacar que los conflictos internos pueden surgir a diario, y la tarea de buscar integrarse es igualmente cotidiana.

Por eso, ese es uno de los puntos centrales de la psicoterapia: ayudar a las personas a integrar su personalidad. Quienes tengan un diálogo interior sano, una introspección profunda, y busquen la paz interior, lograrán tender a la integración. Y así podrán tener vidas más plenas y satisfactorias.


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Acerca de Tomas Donato

Soy psicoterapeuta individual y de pareja con más de 10 años de experiencia. Mi objetivo profesional es ayudar a las personas a vivir mejores vidas. Por eso mi pasión es la filosofía y la psicología orientadas al desarrollo personal.

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